martes, mayo 30, 2006

ESTAMOS CANSADOS

Los ecuatorianos estamos cansados ya de tantas mentiras y tanta desidia de parte de quienes nos gobiernan y administran las funciones del estado y los servicios. Porque la desgracia de aquellas familias que perdieron a sus hijos recién nacidos por la ignominiosa actuación u omisión de los directores y empleados de un centro de salud, no admite compensación económica alguna ni explicaciones trilladas, y menos admite mentiras recurrentes.
Las lágrimas ruedan por mi rostro al ver la noticia y es que me resisto a creerlo. Sin ser madre, trato de imaginarme el dolor de una mujer que luego de albergar en su vientre a su hijo durante nueve meses, esperaba su llegada con ilusión, ansiaba estrechar su bebe entre sus brazos, y todo lo que encuentra es la indolente actitud de unos médicos que ni siquiera tuvieron la decencia de decirle la verdad acerca de la muerte de su hijo.
Y cuando esa verdad involucra desvío de recursos, falta de cuidados básicos como mantener limpias las instalaciones del centro hospitalario, sólo queda decirles que YA ESTAMOS CANSADOS.
¿Hasta cuándo más muertes de inocentes? Ayer fueron los angelitos víctimas de la inoperancia de las autoridades sanitarias, también está esa pobre niña víctima de la inseguridad y la delincuencia, que muriera mientras regresaba de la escuela a su hogar. Las lágrimas, el sufrimiento y el dolor inconsolable de esas madres y sus familias no tienen precio, NO pueden curarles las heridas del alma, pero sí pueden por lo menos, sancionar a los culpables.
Decía el "honorable padre de la patria" Pocho Harb que no tenía por qué darle explicaciones a nadie si se iba al mundial, porque él se iba con vacancia del congreso o sin ella. ¿Y el pueblo? Bien gracias, escucha la noticia y lo toma con indiferencia. Se olvida el "señor" Harb que es un mandatario del pueblo que votó por él y a quien supuestamente debe representar en el congreso. Sí tiene la obligación de dar explicaciones y rendir cuentas al pueblo.
Y es que para muestra basta un botón, la mayoría de los gobernantes son así, vacían las arcas del estado y desatienden las necesidades del pueblo. Después de todo, ellos y sus familias siempre tienen protección policial o militar. Después de todo si se enferman serán atendidos en clínicas privadas. Por eso son indiferentes al dolor del pueblo, porque no es su dolor.

Ojalá los ecuatorianos meditemos seria y profundamente nuestro voto para las próximas elecciones y que entiendan por fin aquellos que dicen gobernarnos, que estamos cansados.