lunes, abril 24, 2006

Corrupción, pobreza y posibles soluciones

Al recordar la lucha heroica de aquellos ecuatorianos que se esforzaron por forjar para las generaciones futuras un país libre y próspero; los corazones se regocijan, las conciencias se afirman y nos recuerdan que la Patria debe triunfar por sobre la decadencia de principios y valores que vive nuestra sociedad.
Podemos mencionar entre estos insignes compatriotas a los próceres de nuestras gestas libertarias, también a personajes de la talla de Vicente Rocafuerte, Eloy Alfaro y tantos otros que iniciaron en su momento importantes transformaciones en la república; todos ellos aunque muertos ya, dejaron un legado tal, que no se ha apagado la llama de su grandeza.
El Ecuador atraviesa actualmente una crisis gravísima; con 13 millones de ecuatorianos, de ellos una gran parte vive en el extranjero; con el 40% del Presupuesto General del Estado destinado a pagar la deuda externa; con una ínfima inversión en el área social durante muchos años, lo que ha acarreado analfabetismo, desempleo, desatención médica, hambre y un sinfín de males. Con corrupción presente en Carondelet, los Ministerios, el Congreso, las Cortes de Justicia, las Fuerzas Armadas, la Policía, los gobiernos locales, con banqueros y gobernantes que han festinado el dinero del pueblo, la corrupción ha llegado también a la ciudadanía en general; la corrupción ha invadido todos y cada uno de los estamentos de nuestra sociedad.
Frente a este crítico panorama, ¿qué podemos hacer?
Definitivamente, no podemos sentarnos y cruzarnos de brazos esperando que otros arreglen los problemas que nos afectan a todos y que mantienen al Ecuador como un enfermo terminal en terapia intensiva, esperando un milagro divino que lo salve.
Afortunadamente, sí estamos aún en condiciones de cambiar la historia; no con prodigios, sino con el trabajo denodado de quienes queremos días mejores.
Primero, empecemos por combatir la corrupción desde nuestros hogares, centros de estudio y lugares de trabajo. Debemos tomar conciencia de que sólo el trabajo digno y honrado nos permitirá superar la pobreza que genera delincuencia. También debemos valernos de todos los medios constitucionales, legales y legítimos que nos permitan exigir a quienes les entregamos el mandato de la administración del estado, las reivindicaciones económicas y sociales que merecemos, no mendigamos.
El Ecuador es un país inmensamente rico, con variedad de climas, tierras fértiles, petróleo, banano, cacao, café, camarón, madera, flores y una variedad envidiable y diversa de productos aptos para la exportación. La riqueza está ahí, por tanto detengamos su saqueo y despilfarro.
No sigamos contemplando a nuestro país con tristeza, sino que estudiemos, trabajemos y luchemos con ahínco por cambiarlo y ponerlo al servicio de todos sus habitantes, a fin de que el Ecuador sea la casa común, donde podamos vivir con justicia, en igualdad y en paz.
Por último, si la riqueza de esta tierra es como el oro, no matemos a la gallina de los huevos de oro, a fin de que vivamos en paz con nuestras conciencias, y nuestros hijos no nos reprochen nuestra desidia. Porque si la corrupción y la inseguridad son un flagelo; la destrucción de nuestro país es un crimen contra las generaciones futuras.
Hoy, hoy o nunca. Es hora de parar ya.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

pssssss q aburridoooooo sos loca o que sos aburida y es verdad

12:51 p. m., junio 08, 2010  
Anonymous Anónimo said...

.. pe pego sueño
0

12:52 p. m., junio 08, 2010  
Anonymous Anónimo said...

te felicito hay que tener volor para decir la verdad sobre este lucio y sus 40 saquedores se le olvido algo que se bajo los pantalones ante su mejor amigos usa y como se puede llegar a tener con un sueldo de coronel un hoomer que cuesta mas de 100 mil dolares una explicacion si que saqueron al ecuador digo no

3:17 p. m., mayo 11, 2011  

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