lunes, abril 24, 2006

El Viejo Luchador

Sólo al evocar el nombre de Eloy Alfaro, los nervios de hombres y mujeres patriotas se templan con el fulgor del acero de su espada; el corazón se ensancha de emoción y el pensamiento despliega sus alas en el amplio horizonte de la lucha por la libertad de nuestro pueblo, el Ecuador.
El insigne manabita, Eloy Alfaro, nació en Montecristi el 25 de mayo de 1842, hijo de padre español y madre mulata ecuatoriana. No recibió enseñanza alguna en escuela o colegio; pero su auto educación le dio la capacidad suficiente para emprender, desde muy joven, la lucha contra los gobiernos tiránicos de García Moreno y Veintimilla, Ignacio de la cuchilla, como él lo llamaba.
En su formación ideológica, desempeñó un rol importante su amigo, el cosmopolita Juan Montalvo, quien con su pluma matara a García Moreno.
De batalla en batalla, acompañadas de consecutivos exilios a Panamá, fue tejiendo paso a paso sus grandes ideales de justicia, libertad e igualdad entre los hombres y mujeres del Ecuador y otros pueblos de América.
Alfaro luchó en contra de los terratenientes y señores feudales del Ecuador. Contra la Iglesia que tenía gran poderío económico, principalmente eran propietarios de tierras y mucha injerencia política en todos los gobiernos; sin embargo no fue un enemigo de la religión, como se lo acusa, por plantear la libertad de cultos, lo que quiso fue que la Iglesia se ocupara de ser guía espiritual y no de la política ni del poder. Pero todo esto indignaba a los conservadores que, aliados con la jerarquía eclesiástica, querían el poder para conservar sus privilegios políticos, sociales y económicos, y luchaban en contra de Alfaro que quería acabar con esas injusticias. Por esto se vio en la necesidad de fundar el Partido Liberal que refrescó el ámbito nacional con ideas nuevas de libertad de pensamiento, palabra, cultos, asociación y comercio; Alfaro implantó el liberalismo y el laicismo en el Ecuador.
Su infatigable lucha revolucionaria dio frutos en 1895, cuando fue nombrado Jefe Supremo en Guayaquil. Triunfó en Yaguachi, San Miguel, Gatazo, le fue entregada Riobamba que había sido tomada por sus hermanos indígenas y avanzó a Quito. Posteriormente fue nombrado Presidente en 1896 y desde esa posesión, emprende su gran obra educativa, fundando los colegios Mejía, Montalvo, Manuela Cañizares, el colegio militar Eloy Alfaro y otros tantos, sembrando de escuelas el país, dando al Ecuador el derecho a una educación laica y gratuita.
Por primera vez en nuestro país, por decreto presidencial, una mujer logró ingresar a la Universidad para estudiar Medicina, y por decreto también, permitió que las mujeres trabajaran en las oficinas de correos de todas las provincias del país. El valor y empuje de estas mujeres sumado a la decisión de Alfaro, marcaron un hito importantísimo en la lucha de las mujeres por la igualdad de géneros.
Dictó numerosas leyes a favor de los indígenas, obreros, impulsó el comercio, la agricultura, la artesanía y la electrificación en el país.
En su segundo período presidencial desde 1906, impulsó y continuó la monumental obra del ferrocarril, uniendo Guayaquil y Quito, la Costa con la Sierra, hermanando pueblos con sus vías, con gran sentido de unidad nacional e impulsando el intercambio de comercio, turismo y costumbres.
Resulta paradójico creer que un hombre sin formación educativa institucional haya amado y hecho tanto por la educación, la cultura, la ciencia y el desarrollo de nuestro pueblo, creando especialmente colegios formadores de maestros y fundando escuelas por doquier. Lo hizo porque sabía que solamente un pueblo educado y culto es capaz de luchar por la libertad y sus derechos.
Filosóficamente hablando, la libertad no es otra cosa que la satisfacción plena de las necesidades materiales y espirituales, en cada época de la historia, dependiendo del grado de desarrollo social. Por este tipo de libertad fue que luchó Alfaro.
Eloy Alfaro significa la lucha por la libertad en todos los ámbitos; educación para todos; la unión de pueblos grandes y pequeños de Sierra y Costa; promoviendo la unidad nacional, libre de regionalismos mezquinos y enfermizos, concentradores y centralistas, que detienen el desarrollo equilibrado de todos los pueblos de la Patria. Realmente Alfaro emprendió la transformación de la República, arrancando el poder del dominio de los terratenientes y conservadores, quienes fueron sus enemigos mortales, quienes le persiguieron, exiliaron y encarcelaron, llegando hasta a arrastrarle hacia la humillante muerte en la Hoguera Bárbara, junto con sus hermanos y generales, patriotas y leales, el 28 de enero de 1912. Apagando así la llama de su grandeza libertaria; pero quede en claro que su muerte física no implica de ninguna manera la muerte de sus ideales; porque a los hombres como Alfaro, Bolívar, Sucre, Martí, Sandino, el che Guevara, no se los mide jamás de los pies a la cabeza, sino de la cabeza al cielo, porque su grandeza de ideales no tiene límites, sino en el tiempo y el espacio; para que hombres y mujeres de todas las latitudes, recojan esos pensamientos y tal cual una bandera, la desplieguen en su lucha para alcanzar la libertad, la justicia y la igualdad entre los seres humanos.
En nuestro país en crisis, con 12 millones de ecuatorianos, de los cuales el 80% son pobres; con analfabetismo, sin salud, sin trabajo, subdesarrollados y endeudados hasta los huesos. Con corrupción galopante que golpea las puertas de Carondelet llegando hasta el último portero, con empresarios privados y contrabandistas que no pagan impuestos, con políticos farsantes y corruptos. Con burocracia dorada que fomenta y permite el atraco de los fondos públicos y una administración de justicia que no castiga los crímenes. Pero, entendámoslo bien, somos un país rico, con variedad de climas, tierras fértiles, riquezas minerales y naturales; y aun así somos como un mendigo sentado en un banco de oro.
Por todo esto… ¡cuánta falta nos hacen uno o dos Alfaros para emprender la segunda Revolución! Ya que los ejércitos de pobres y jóvenes ecuatorianos están listos para hacer temblar el mundo.
Recordando el pensamiento y la obra del Viejo Luchador podemos decir:
¡Viva Alfaro. Tú no has muerto. Vives en el corazón de tu pueblo. Desde siempre y hasta siempre!

5 Comments:

Blogger Unknown said...

Más allá de las nostalgias del pasado (que muchas veces suelen reducir al personaje histórico a un aspecto sesgado o hasta caricaturesco: nuestra historia tiene casos atroces como el "héroe niño", q en vez de morir mutilado con la bandera, murió de disentería 2 años después de la batalla del Pichincha), no olvides que Alfaro estuvo muy ligado a una logia masónica muy importante, afín a la que perteneció también José Martí, padre de la independencia cubana, y al poeta Rubén Darío.

Más allá de que lo que hoy sea la Masonería (el simple hecho q hayan nombrado "maestros de grado 33" a Luis Almeida y Lucio Gutiérrez, me da asco y vómito), en su tiempo fue decisiva para la independencia de América. Bolívar y San Martín fueron también masones... Más allá de los intereses económicos que tenían (cortar palito con España, para comerciar con Inglaterra), los valores e ideales que inspiró la masonería, le dio algo mágico a esa época. No como ahora que pocos parecen tener amor propio y peor para su ciudad o terruño.

Hay un ensayito muy bueno al respecto, aparecido en la última revista de la Casa de la Cultura del Chimborazo, que justo encontré en mi último viaje en un encuentro literario en Riobamba.

un beso y éxitos en el blog, en la carrera y en la vida, Norka!

Miguel Antonio Chávez

11:45 p. m., mayo 11, 2006  
Blogger Norka Freire Alvarez said...

Gracias por tu comentario Miguel.
De hecho no me he olvidado que Alfaro, como muchos otros grandes personajes del Ecuador y el mundo, pertenecían a la masonería; con la salvedad claro está, de que antes la masonería cuidaba celosamente la valía de sus miembros y sus ideales eran altísimos.

4:42 p. m., mayo 19, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Alfaro Delgado

10:17 p. m., septiembre 24, 2007  
Anonymous Anónimo said...

nimo

6:10 p. m., agosto 22, 2009  
Blogger Unknown said...

Que bueno! encontrarse con tus palabras,especialmente para nosotros que nos encontramos lejos de la patria. Es ubicarnos en nuestra historia,volver a sentir esa nacionalidad tan necesaria para saber quienes somos, de donde venimos y hacia donde vamos.Gracias por mantener la imagen, la palabra, la ideologia de nuestro Viejo Luchador. Asi como los ninos cubanos aspiran a ser como el Che,
llegara el dia cuando los ninos ecuatorianos aspiraran a ser como Alfaro. Y tu contribuyes a que ese eso. Otra vez Gracias

10:21 p. m., noviembre 13, 2009  

Publicar un comentario

<< Home